Cuando Dios habla de cerrar puertas, por lo general la puerta es obvia, pero muchas veces lo postergamos porque parece una puerta demasiada pesada, enorme y dificil de cerrar solos. ¿Pero quién dijo que la puerta que El manda a cerrar es una que cerramos solos? Tu das el primer empujón, y El está detrás pendiente. Cuando no puedas más y tus fuerzas se agoten El te ayuda a empujarla. Los procesos duros no son faciles. Muchas veces estamos rodeados de personas en guerra con 'puertas" y no nos percatamos. Sonríen, discimulan, se ven alegres, pero en su alma andan agotados con la puerta.
Pero si no pierdes la fe y sigues empujando, Dios no tarda en sorprenderte. No es lo mismo que te metas en tu mente en un lugar sin puertas y sientas que debes quedarte ahí (sin puertas no hay opciones), a que Dios te muestre varias puertas, y te diga: "cierra la que está abierta a tu dolor." Es entonces que puedes decidir hacer algo. La opción es una llave. Cierras una puerta, y El abre la correcta. Aquella que te lleva a un nuevo nivel de GLORIA y PAZ. #sigueempujando
Apocalipsis 3:7
Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:
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