viernes, 6 de diciembre de 2019

Una Fe Grande

Una mujer de Dios se enamoró de un vestido carísimo. Anhelaba tenerlo y oró con fe para que lo pusieran en especial. Le dijo a su hermano que orara también por esto. Me pareció genial, y una muestra de gran fe.  Pero a su hermano le chocó la petición y le dijo: "¿tú quieres que me ponga de acuerdo contigo en oración para que un precio baje, cuando pudiéramos orar para que tus ingresos aumenten y lo puedas comprar?" Luego de escuchar éste relato, recibí una gran lección. Porque yo hubiese orado por un especial. Y hubiese sido bueno, y hasta correcto. Hay fe en ello, pero no la clase de fe que mueve montañas. Muchas veces nuestro entorno y vivencias nos hacen caminar en una fe débil. Y hasta creer que no merecemos cosas grandes porque eso solo le pasa a otros. Cuando Dios ha prometido dar a sus hijos más de lo que piden. Así que pide en grande, ora en grande, ten una fe grande; la clase de fe que pide a Dios lo que al mundo parece absurdo y a Dios le parece genial y perfecto para maximizarlo, sorprenderte, y que de El sea la Gloria. La fe de un grano de mostaza parece pequeño pero no se trata de su tamaño sino de la capacidad que encierra en su interior. 

Efesios 3:20 
20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

Mateo 17:20-  Y Él les dijo*: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: «Pásate de aquí allá», y se pasará; y nada os será imposible.

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