sábado, 13 de mayo de 2017

Un Lagartijo Herido

En una ventana de mi casa, se posa un lagartijo desde siempre. Está al otro lado del "screen". Allí lo he visto día tras día casi en todo momento. Se desapareció unas semanas y me estuvo raro. Lo di por muerto. Pensé que no volvería,  pero ayer volvió...solo que no estaba igual. Me acerqué para verlo mejor y estaba herido, sin cola y sin un pie. Ambas heridas estaban cicatrizadas. Qué le habrá pasado, no lo se. Lo que si se es que está vivo, y cazando mariposas como siempre y con bastante agilidad. También se que siempre estaba bien alimentado. preguntaba: "¿Cómo habrá sobrevivido?" Me puso a pensar en cómo nosotros reaccionamos luego de ser atacados en la vida. Luego de perder algo valioso. ¿Nos rendimos para siempre? O batallamos unas semanas hasta sentirnos fuertes y sanos para continuar viviendo. La vida continúa. El proceso duele, las heridas sangran, pero tu estás vivo. Aliméntate de la Palabra para estar preparado cuando llegue el día malo. Sigue luchando,  hay alguien que necesita que tu pelees, que tu vivas y te esfuerces aunque estés cojeando. Aunque sea cojo, salta hacia la meta y no te quedes derrotado. Dios sana los corazones quebrantados (Salmo 147:3) . El sabe cicatrizar como nadie, pero debes permitirle trabajar con tu dolor. Ya no caminarás igual, pero con cada paso te sentirás más fuerte. Y vas a ver que valió la pena llegar a la meta sin la "cola" que te pesaba, sin el "pie" que te hacía tropezar.  Porque Dios transforma tu peor pesadilla en un: "cada vez, más excelente y eterno peso de GLORIA." (2 Corintios 4:17)

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