Hoy abrí un sobrecito extraño. No Era una carta ni postal. Era un parcho especial para el dolor de espalda de mi mamá. Leí los beneficios del parcho: "quita el dolor, adormece el área afectada, alivio rápido para dolores agudos." Mientras bromeaba que no quería tocar el parcho por si se me dormían las manos...sentí tristeza. Cuánta gente desearía un parcho así para su corazón. No todo el mundo es tan feliz en ésta época. El 2016 fue un año difícil para muchos. Hubo pérdidas, cambios, lágrimas, enfermedades, divorcios. Y la Navidad tal vez les haga meditar en lo que no tienen, en lo que han sufrido. Pero, se que hay algo mejor que ese parcho de alivio temporero. Lo he experimentado en mi vida una y otra vez y no me canso de hablar de El. El parcho de la espalda trabaja y luego expira; pierde su efectividad. P.ero Cristo, y Su SANGRE tienen poder eterno. Estás de pie porque El está contigo, nunca te dejará de amar. Jesús también quita dolores, adormece malos recuerdos, alivia heridas profundas. Su Espíritu Santo puede consolarte hoy. El no es el parcho sobre tu dolor, El es tu corazón nuevo, tus esperanzas, y el verdadero significado de la Navidad. Cuando entendemos este significado no hay tristeza que pueda derrotarnos. No intentes apagar tu dolor con cosas superficiales y pasajeras. ¡Busca la solución eterna...esa que si funciona!
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