¡¡¡Alguien puso un agujero en tu corazón que casi te destruyó...por poco acaba contigo!!! Pero tu corazón jamás dejó de latir. Dios te sostuvo, te sostiene, y cada día el agujero es más pequeño porque todo lo que sana tiene su proceso. Se hiere, se sangra, duele, se cubre de piel dura y áspera y luego esa piel se cae y la nueva piel brilla. Quedarà una cicatriz pero, ya tu estas brillando... hay piel nueva...no te rindas!
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