viernes, 15 de diciembre de 2017

Con el permiso, tomo tu lugar

Una anécdota de la vida real...
Compraba comida  en una fila larga dónde había una mujer con lo que parecian ser problemas emocionales o de su salud mental.  Peleaba con el caballero que la acompañaba, peleó por la lentitud de la fila, porque la gente la miraba: "Que miran,  nunca han visto una pareja discutiendo. ¡Voy a reventar todo aquí!" "Estoy a punto de explotar." "Necesito la pastilla!!!" Salió a fuera. Su pareja asustado habló a la fila: "Ella tiene sus condiciones mentales, por favor cuando regrese déjale su lugar en la fila." La gente comprensiva asintió con su cabeza, otros viraban sus ojos, hubo silencio. Regresó la mujer peleando igual y ocupó su lugar agresivamente  detrás de mi. Comencé a orar por ella en mi mente.  Se me erizaba la piel.   Hasta ganas de llorar me dieron. Una batalla terrible en la fila entre Dios y lo que ataba la mente de mi compañera de espera.  Sólo recordaba un testimonio poderoso de una amiga que fue sanada de sus terribles y agobiantes condiciones mentales. "DIOS LO HICISTE CON ELLA LO PUEDES HACER CON ÉSTA MUJER. LIBÉRTALA, QUE SE TRANQUILICE." El Señor no tardó en inquietarme: "Cédele tu lugar." Y yo: "¿Y si me sale con cosas o me agarra por los pelos?" Nuévamente: "Cédele tu  lugar." Le hablé al oído a la mujer: "Con el permiso, no tengo apuro y tu no te sientes bien, si quieres puedes ocupar mi turno." Aguanté la respiración, esperé su respuesta: "Ay gracias mamita,  gracias, ay si me quiero ir ya de aquí." Cambió totalmente...y antes de irse regresó a dar gracias una vez más.
Al llegar a mi casa el Espíritu me recuerda un principio básico. Y debo ser honesta, cedí mi lugar más por miedo que otra cosa. Pero obedecí esa voz. El principio es sencillo: algunos en la fila no deseaban que ella regresara, otros estaban de acuerdo a que pasara de turno. Pero: ceder un lugar aunque también estás hambriento y cansado y esperando, jamás se asemejará a lo que hizo Jesús.  Nos dijo a todos ante la cruz: "Con el permiso, Yo tomo tu lugar. Con el permiso, Yo voy por ti." Tomó nuestro lugar en la cruz y le costó horrores, dolor agonizante e incomparable. El mismo Barrabás, en la cruz junto a Jesús fue el primero en entender éste concepto y en recibir de la boca de Jesús la promesa en su pleno cumplimiento. Lucas 23:43
*Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.* Jesús aceptó ponerse en nuestro lugar, con la esperanza que entendamos Su sacrifico.  Que vivamos cediendo y menguando para que El crezca. ¿Estás dispuesto a ceder tu lugar? ¿Estamos dispuestos a tomar el lugar de alguien que aparenta ante el mundo no merecerlo, pero ante los ojos de Dios es Su creación atesorada? El murió por ladrones,  enfermos, pecadores, asesinos. Por ti y por mi y sin merecerlo.
Jesús también nos habló:  "Con el permiso, tengo mucho apuro porque el mundo no estás bien. Por eso, tomaré tu lugar."